domingo, 19 de diciembre de 2010

hoy hice ladrar a cinco perros, mientras la luz de la luna se acomodaba entre la hierba del campo y la bruma, creando espectros que me lisonjearon por mi valor.



Yo detenido por el frio y no por valiente, no quise porque no pude correr.



Empece a notar que podia hacer que los perros en vez de morder, cantaran, sì, como una especie de coro, solo que las voces de ellos no eran tan melodiosas, obvio, el don de la voz es algo propio de humanos, aunque hay veces y dias, que me siento tan vacio de decir tantas tonterias desbordadas juntas e hiladas por la risa, la ira, la euforia, la soledad.



Me es indispensable el trato contigo.



Mi juventud y mi vida, se conjugan en esta alma y tu tienes el sueño, que es mio, desde hace mucho tiempo...tu elegancia, tu vida, tu gracia.


Pero tengo mucho para pensar, el tiempo se ha ajustado, luego de miles de coplas, mi vida de poeta se debera detener, soy un obrero detenido por falta de tabique, mi alma no es completa, no hay quien este de mi lado, ni siquiera creo que pueda tener un aspecto claro de a quien escribo, no se si mi vida esta siendo afectada por las deudas, por los campos brumosos de insalubridad, todo debe, hoy no te amo, no te requiero, con todas mis fuerzas te detesto y entiendo que luego de un amor complejo tambien debiera de haber un dolor completo.

Eso me pasa solo a mi, perros, incendien de ladridos la bruma, el campo, hagan torbellinos de sus quejidos.