sábado, 4 de junio de 2011

El tambor

El exceso es la religión de los que viciosos y enajenados no tenemos a donde ir, ni a quien mirar.

La vida que nos ha tocado vivir, tiene algo de tristeza, yo por mi lado hago planes y tengo un poderoso anhelo de ti, tu por tu lado vas caminando y sonríes y declaras continuas todas las cosas.

Nos miramos toda la noche y en mitad de los sueños, cuando tus elipses eclipsan el poderoso vacío que me domina y me codicia todos los sueños, tus murmullos tienen la sonoridad del  llamado a la guerra, latente y con poder retumban los tambores en las sienes.