domingo, 19 de septiembre de 2010

Ella tocaba el arpa.

Ella tocaba el arpa.
Sus manos pequeñas punteaban una melodía.

Dios miraba, se concentraba.

Ella tocaba el arpa, punteando notas, la noche era tranquila.
su arte era el de la sonoridad.

Dios estaba presente, se disponía a cenar.

Ella tocaba el arpa, dormía entre nubes, enseñaba a volar
a los alciones.

Dios disponía sueños y tenia sus planes.

Ella tocaba el arpa y estaba dispuesta a sonreír en la tierra.
Me sonríe a mí.