lunes, 17 de mayo de 2010

A Maria

El mar me impone respeto y escucho un ruido que retumba en mi mente, las rocas se desbordan y el tiempo pasa de repente ante mi, toda esa peña, toda esa arena, no habita nada que no se transforme.

Tu, mi Reina amada y vida y sueño y verdad, eres el alma de todas las cosas. Pudiera hacerte mil poemas, no porque pueda escribirlos, sino porque creo sentirlos, decir que el sol es esplendoroso y que las flores y todo lo cursi que de mi surge es fatal, que lamento el tiempo y su potestad porque todo ello esta para siempre en mi memoria y cada vez que tomo tu mano y que me miras con esos ojos negros tan expresivos, como si por ti no hubiera ni una sombra de pena, podria decirte eso y mil cosas, pero todas ellas solo tu les das sentido, el tiempo magnifico de estar juntos, el tiempo de todas las cosas que hace verdad la antigua soledad, el perder el tiempo. Hoy mi vida eres tu y te amo, enriqueces mi vida y me haces ganarle todas las partidas a la muerte.

Te amo...