jueves, 19 de agosto de 2010

A la bella Cuquis



He hablado poco de ti, pero ha sido porque he tratado de hacer que este tiempo en que vas creciendo sea solo mio, he querido hoy para bien, decir tus ojos, hablar de tu sonrisa, de tu silencio.



Creces, tus ojos resplandecen, y absorta contemplas el mundo, un mundo que por ahora hemos procurado sea benevolentemente hermoso y cautivador de tus sentidos, para que jamas te guste otra cosa, que no sea la tranquilidad y el dulce sueño.



Amor y sueño, abres tus ojos y tus manos pequeñas aterciopeladas hacen dormir al mas sufrido.



Por ahora tu nombre es un eco en mi quehacer diario, tengo para bien estar al tanto tuyo y hacer que no te falte uno solo de tus mil y un sentimientos que te sustentan y te dan salud.



La charla es amena, cuando solo miras y haces ver que el tiempo que te circunda hace un almanaque de sueños.



A mi dulce niña no le falta nada. Mi amor y vida, el sueño despierta para que esas sensaciones poderosas te hagan salvar el mundo o salvarme a mí 0 no salvar a nadie, pelear por ti.



Todos te amamos, quien no puede amarte, alejate de todo lo que no sea un diamante, vive, lucha esfuerzate, muere de amar, vive para amar y no dejes de amar, jamas, que la vida te sonría mi dulce amada hija. Yo estoy aquí y aquí he de estar, siempre de tu lado, para causar, hasta donde pueda, amor en ti.