lunes, 3 de enero de 2011

Para los seres atormentados

Puedo caminar por la calle, pensar en los bandidos y en la cómica pareja que hace años se dejo y que aun siguen anhelando, puedo pensar en los seres atormentados, de los cuales yo hago uno mas.

Hoy solo tengo de ti una foto, en donde te veo hermosa, clara, angelical, puedo hacer una vida en cinco minutos contigo, desear que seas tan cubana como santiagueña y de repente olvidarlo todo.

Sigo caminando en la calle, los abandonados y los marginados se encuentran bebiendo de los charcos del olvido, yo veo a esa pareja anciana de enamorados mirarse, buscarse, creer que son jóvenes, que esa juventud les llego alguna vez, que pudieron vivir bien, estar bien, ella pobre mujer escurrida, trahumada por la mitad de sus amantes, habitada por la tercera edad y ya entrada en años perdidos y que anhela, cree poder recuperar su tiempo si con todas sus fuerzas se aferra al lomo del tiempo que ahora para ella va demasiado presuroso.

Su anciano amante, pobre, humillado, recurriendo al artirugio de nuevos valores, ahora si soy mejor persona, y su desvergonzado glande que se vacía sin liquido, sin vigor, siempre quise ser mejor persona, mas vivo, mas vital.

Pero ellos dos podridos, que buenos amantes son.

Para los atormentados, a los cuales les debo haberme incluido en sus filas, quiero hoy deslindar me, me gustaría existiera el sueño, y el amor, con todas mis fuerzas, miro a mis jóvenes mujeres tener ojos libres, y en esta cristalina mocedad alimentarme de nuevos sueños.

Hoy quiero regresar, ya no quiero seguir de este modo. Ya no quiero requerir nada de lo cual solo me genera pena y tormento.

quiero volver a mi sueño máximo, y que este tormento cuajado de amargura se desvanezca con un buen sueño.

Mi poesía no requiere de estos pretextos para crear, una serpiente insalubre recorre las calles con su sexo expuesto a los bandidos.

Hoy te odio fervosamente, también eso debe contar para que te desenredes de mi cuello, de mi vida, de mi amor.
Tu no sabes de nada.
Tu solo regresas a tu estado primogénito de desvergüenza.
ahí te dejo el mundo, para que toda la vida, la vivas libre.

la foto que tengo de ti, hermosa Santiagueña, me genera un rápido olvido a las penurias, esta estúpida que no sabe de nada, ni ve nada, espera que mi sangre le de alivio y le de tranquilidad.

Amable santiagueña que me dice que le ame, que puedo estar cerca de usted, que me olvide, para que he vivido de este modo, para que he de vivir así.

Para los seres atormentados, esclavos de sus desventuras, creadas por ellos mismos, mentiría si dijera que los compadezco, seres atormentados, mas bien los odio, con todo mi corazón.