miércoles, 18 de mayo de 2011

Hoy aqui te espero

Si llego a aquel cuarto detenido en el tiempo, a la orilla del camino, en el borde del destino a destiempo, acumulando olvido y desvaneciendo el sueño.




Si llego a las anchas esperas de un recuerdo esférico y devolviendo una frase un alivio, un sextante meteorológico y el clima nublado siempre esta destinado para fantasear a la guerra y al dolor.




Hipnotizado por la magia, poderoso de calamidad, enfermo de desatención, híbrido y puntero de las medianías, solsticios desequilibrados, abismos acertados y precisiones de soledad.




A veces duermo, esperando tu abrazo, el ámbar de tu cuerpo, el sueño de tu ser, el ser de tu amor.




A veces duermo y espero me digas algo, me dirijas una mirada, me sonrías, cuando en medio de lo trémulo de un sueño sintético me sobresalte y grite tu nombre, cual cielo estrellado por encima de todos, por encima de esta tranquila pasividad artificiosa que me he diseñado.




He despertado enredado de tu abrazo, en las sabanas que simulan un universo inexplorado.




He despertado con hambre y sed, luego de las noches en las que el amor interminable nos agota al extremo de nuestras fuerzas, y agotado y con la plenitud de los que han acumulado todo la vida en un solo ser, desean solo quedarse callados.




La plenitud es el arte que ejerzo contigo, como algo que se ha ido mejorando con los años, con las ansias, con la devoción suprema que contienen nuestros excesos.




Indulgentes y sigilosas, nuestras diferencias las perpetra el olvido, lo fatuo, lo que se puede tirar.




Duermen mis ojos, mis manos te buscan, mi alma te canta, mi sueño te sueña y los destinos que se encuentran temprano, los acerco a la belleza de lo que por ti siento y a diario enjuicio y juzgo y asumo como mio, con la gracia de la libertad, con el poder de lo inmejorable, con la elegancia de la noche y la relevancia de los montes y volcanes, hoy aquí te espero.